Deficit de las Comunidades Autónomas y Gasto Sanitario

Como hablaba en otro de mis post el déficit realmente importante va a ser en España el de las Comunidades Autónomas ya que el estado debido a la gran descentralización de muestro modelo en realidad se ha librado de los servicios más gastosos y entre ellos indudablemente el que produce más gasto es la Sanidad. Y no sólo es que sea el servicio que ocupa el mayor porcentaje de su presupuesto de todas las Comunidades Autónomas sin excepción en cifras que rondan de media entre el 30-50% de su presupuesto total, sino que además, y este es el gran problema, se incrementa año a año a ritmos de entre el 8 al 14%. Este ritmo de incremento del gasto sanitario es insostenible en tiempos de crisis ya que las Comunidades Autónomas están ingresando menos y provoca más déficit y deuda. Se puede decir claramente que el principal productor de deuda en las comunidades autónomas son sus servicios de salud. ¿Y porque se incrementa tanto el gasto sanitario?

1.    En tiempos de crisis la gente acude a la medicina pública evitando pagos en la privada.
2.    La población de España cada vez envejece más y la mayor parte del gasto sanitario se produce en pacientes mayores con múltiples patologías crónicas muchas de ellas condicionadas por la edad, aunque también por los estilos de vida. Evidentemente llegamos también a mayor edad sanos si nos cuidamos pero en algún momento por la limitación biológica aparece la enfermedad en la senectud. Se ha comprobado que casi el 80% del consumo de recursos sanitario se produce en mayores de 65 años
3.    Aunque haya aumentado la esperanza de vida, los canceres han aumentado mucho en nuestra sociedad y en todas las del mundo desarrollado al estar expuestos a más carcinógenos y estilos de vida para el desarrollo del cáncer. Y el tratamiento del cáncer es bastante caro.
4.    Casi todos los tratamiento en si y las técnicas diagnósticas avanzan día a día, con lo cual cada vez resulta más caro tratar bien a un paciente, con la máxima calidad disponible por la evidencia científica.
5.    Además las casas farmacéuticas y de productos diagnósticos o terapéuticos en general presionan a los sanitarios y a las autoridades sanitarias para introducir las nuevas técnicas y productos más caros y novedosos. Y aunque cada vez se trata de controlar más esto con agencias de evaluación independientes y especializadas, a veces resulta inevitable en función de la evidencia científica.
6.    Los propios pacientes muchos tienen la idea de que en sanidad cuanto más mejor; es decir cuantas más pruebas me hagan o más medicamentos me den, más probabilidades tengo de curación. Lo cual es falso, a veces lo único que se aumenta es el riego de yatrogenía, es decir daño causado por la propia intervención sanitaria. Estos pacientes presionan a los proveedores de los servicios para obtener más y más según ese criterio.
7.    Los gastos de personal también han aumentado mucho. En tiempos de bonanza económica muchas comunidades se lanzaron a una carrera para retribuir mejor a sus profesionales a base de aumentarles sueldos, precio de la hora de guardia, complementos de productividad, carrera profesional, etc. Esta política se hizo en parte para robar profesionales a otras comunidades autónomas en épocas de escasez de los mismos, sobre todo de determinados facultativos especialistas y también por políticas de connivencia con los sindicatos para mantener la paz social y por políticas de imagen ya que “vende” bastante ante la opinión pública decir que contratas más personal sanitario.
8.    También ha aumentado los gastos en infraestructuras sanitarias, ya que además de la legítima necesidad de nuevos servicios e instalaciones, también en épocas de bonanza económica se ha sido muy generoso en la construcción de nuevas infraestructuras sanitarias y mejoras de las mismas ya que eso también “vende mucho” políticamente.
9.    De lo anterior se vislumbra un problema: el que la sanidad esté en manos de la administración pública no es garantía de control de gasto, sino que puede aumentarlo innecesariamente en función del menor control que se puede ejercer sobre el personal funcionarizado o estatutario y del uso de la sanidad como elemento de rentabilidad política o de desgaste por parte de los partidos en la oposición, que tienden a fomentar la ecuación de cuanto más se haga y gaste en sanidad mejor.
10.    La prevención y la promoción de la salud aunque se ejercen todavía no tienen un papel global e intersectorial en toda la sociedad con lo cual todavía se producen resultados mediocres en cuanto a modificar hábitos nocivos que suponen un gran carga de gasto sanitario; por ejemplo el tabaquismo o las dietas inadecuadas, el sedentarismo, etc.

Lo bueno de la crisis es está obligando a revisar estás políticas incrementalitas del gasto sanitario para trasformarlas en políticas más racionales. En los últimos tiempos se ha tratado de tomar medidas consensuadas en el seno del Consejo Interterritorial de salud para que afecten todas las Comunidades Autónomas. Lo más fácil se ha hecho que es meter mano a los precios de los productos farmacéuticos para que bajen y se reduzca el margen de beneficios de las farmacias y farmaindustria. Pero no se han hecho otras medidas de calado. Se hablo de homogenizar los salarios de los sanitarios. Estaría bien pero ¿las Comunidades donde menos cobrar van a tener que aumentar los salarios para homogenizarlos a las que más cobran en estos tiempos de crisis? ¿Se atreverán a homogeneizar por abajo, reduciendo salarios en las que más altos los tienen? No creo. La solución es difícil ya que además cada Comunidad puede hacer la guerra por su lado ya que legalmente pueden hacerlo. Es evidente que el modelo de descentralización pura y dura es un fracaso ya que tiende al incremento del gasto y de cartera de servicios descontrolado en las Comunidades Autónomas cuando hay bonanza y a las “madres mías” e incremento del déficit en la crisis. Además está provocando desigualdades territoriales en la asistencia lo que supone romper los principios de igual y equidad de los ciudadanos. En la práctica no tienen la misma sanidad si viven en Navarra o en Andalucía; pero esas desigualdades ya es tema para otro post.
Sería imprescindible una modificación profunda del sistema para garantizar la igualdad y equidad y sobre todo la eficiencia. Es decir, no gastar innecesariamente y producir la mejor asistencia al mejor precio para que nos beneficiemos todos y no sigamos hipotecando nuestro futuro gastando en lo que no mejora realmente la salud de nuestras poblaciones.

2 comentarios:

  1. Es el gran problema de la descentralización de servicios, cada Comunidad hace de su capa un sayo, como pasa en educación, y en varias áreas más. En cuanto al gasto, la prudencia no abunda ni entre el precio de los medicamentos, ni el reparto del gasto de las Comunidades, ni mucho menos de los pacientes. Mi prima es enfermera, y ha tenido que aguantar que un señor vaya a urgencias a pedir una radiografía para poder abrir la puerta de su casa, porque se había dejado las llaves dentro. O que vaya mucha gente con tos sólo porque ya no le daban cita en el médico de cabecera para ese mismo día. El tiempo de un médico, de una enfermera, del personal del hospital cuesta dinero, los recursos cuestan dinero y, señores, a urgencias se debe ir por urgencias de verdad. Y como esto te podría contar infinidad de casos, incluso de gente de otros países que se han venido de vacaciones sólo para que les operen en España porque aquí se atiende a todo el mundo en los hospitales y sin coste. En fin, entre la mala gestión administrativa, y la picaresca humana, así nos van las cosas.

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  2. La descentralización de los servicios produce diferencias en la atención sanitaria dentro del mismo territorio nacional... Es un tema bastante polémico... El SNS no pude ejercer de padre persiguiendo cada mal gasto pero a la vez no le queda más remedio. Quizás hacer más visible el gasto, prohibir los anuncios de medicación por la televisión, promocionar la educación para la salud y el autocuidado,etc, serían mejores soluciones.

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