La situación de déficit de las Comunidades Autónomas va a obligar a hacer recortes para cuadrar la cuentas públicas y un ejemplo de ello lo tenemos en Cataluña.
Cataluña es la Comunidad Autónoma con más déficit público declarado en relación a su PIB. El problema es importante, pues los bancos y mercados malotes no compran deuda de las CCAAs por por miedo a que no se les devuelva el dinero. Además el gobierno impone un techo de endeudamiento para las CCAAs, lo que hace que el nuevo gobierno de la Generalitat tenga que tomar medidas de ajuste drásticas e impopulares por ejemplo en sanidad y todos estén cabreados:
El cabreo del nuevo gobierno es lógico y tiene varios motivos.
1. El brutal déficit es en gran parte consecuencia de la gestión del anterior gobierno tripartito de Cataluña. Pero por nuestro sistema político si un gobierno arruina una comunidad autonoma no le pasa nada, ni hay responsabilidad política ni legal.
2. Si Cataluña y las demas CCAAs con deficit recibieran la financiación especial que recibe Navarra o el País Vasco es probable que no tuvieran problemas de déficit. Lo cual es un ejemplo de inequidad.
Ahora se ven abocados a tomar medidas de ajuste muy duras de reducción del gasto linealmente en un 10% y como el gasto sanitario supone el 35% del presupuesto de Cataluña han decido reducirlo.
Pero reducir linealmente el presupuesto sanitario no es buena idea, pues puede aumentar no solo la demora sino la morbilidad, y las compliciones de salud por demora de atención.
Al final es posible que dicho recorte quede dervirtuado o restringido a sueldos y partidas en las que puede recortarse fácil linealmente pero sin entrar en lo profundo del asunto, que es ajustar la indicación y eliminar lo que no aporta valor de manera selectiva, es decir proteger las actividades que han demostrado su coste beneficio y coste utilidad.
Las CCAAs van a tener que tomar todas decisiones de recorte del gasto publico de este tipo pero esperemos que no se centren tanto en la Sanidad, aunque sea el mayor capitulo de gasto, ya que los cuidadanos no van a entender bien que se dejen de dar las prestaciones sanitarias necesarias (y el problema es que no saben cuales son necesarias y cuales no con lo cual es muy fácil hacer demagogia y manipularlos) o se demore la asistencia intolerablemente, mientras se sigue gastando ingentes cantidades de dinero en subvenciones poco productivas, empresas públicas, entes administrativos duplicados y triplicados, delegaciones, direcciones provinciales, diputaciones, el senado y otros organismos casi sin funciones, o innecesarios como embajadas de las CCAAs en el extranjero, o gastos ingentes en política lingüística o en televisiones públicas.
Mejorar la gestión para racionalizar el gasto sanitario es fundamental pero requiere cambios estructurales profundos en políticas de personal, incentivos, cambios en el paradigma de atención sanitaria con mayor atención a la prevención y a la cronicidad, estrategias de compras y farmacia, control de la indicación y evaluación económica exhaustiva de las tecnologías pruebas y actos existentes, que no se hacen en un mes con un plan de reducción lineal del 10%, que es lo que han ordenado hacer a los hospitales catalanes.
Los recortes vendrán para cuadrar las cuentas pero espero que en los nuevos gobiernos de las CCAAs haya técnicos y políticos inteligentes que se dejen asesorar por ellos de manera que se recorte y elimine lo accesorio, lo innecesario y lo que no aporta valor y que debido a la situación de necesidad imperiosa se llegue a un gran pacto de estado por la sanidad donde todos se vean involucrados, políticos gestores y profesionales y ciudadanos para que no pague los recortes quien precisamente necesita la atención sanitaria; el enfermo, y no pongamos en riesgo uno de los servicios que más valor aporta a la sociedad como es la sanidad.
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