Leía hoy un artículo de dos sesudos psicólogos sobre la química sexual y como indefectiblemente la pasión por la pareja se apagaba a los 3-4 años de estar juntos.
Yo que soy médico debería ser el primero al que le gusten esas elucubraciones tan razonables sobre como el amor pasional es fruto de la química cerebral y las hormonas. Debería molarme eso de que todo depende de la dopamina, la oxitocina y otras hormonas y que es un condicionante evolutivo el que mantiene dicho estado de "dopaje", que sólo interesa unos 3 o 4 años, lo suficiente para tener un hijo con esa persona y criarlo hasta que ya anda y come de todo, y entonces el cerebro busca otra pareja como estímulo de la diversidad genética.
¿Les habría pasado lo mismo a Romeo y Julieta? Imaginaros que de seguir vivos a los pocos años hubiera echado Romeo barriguita cervecera y hubiera suspirado Julieta por otro galán, o tras tener un hijo Romeo hubiera empezado a mariposear con otras mozas solteras.
Quizá esto sea lo más frecuente y por ello es tan habitual el hecho de la monogamia sucesiva en nuestras sociedades occidentales. Es decir, tener una pareja que llamamos estable y al tiempo cambiar por otra y así sucesivamente.
Sin embargo en esas explicaciones reduccionistas del complejo fenómeno que es el amor y la atracción física echo de menos ingredientes más basados en la cultura, la ideología, el influjo social, las creencias y, en definitiva, los valores.
Respecto al influjo social es claro como actúa modificándo los patrones de belleza y atractivo físico con el tiempo. Cuando yo era adolescente los hombres que se consideraban guapos eran mas bien femeninos. Recuerdo vagamente que se entronizó a Helmut Berger como el hombre mas guapo del Mundo y triunfaba un jovencísimo Miguel Bosé andrógino. Ahora gustan mas varoniles y se vuelve a llevar la barba. Eso sí con torso y piernas depiladas. Es significativo como en la época de Rubens las mujeres entradas en carnes eran lo más, y las que ahora se considerarían un bombón no se comía un colín. O la manía por los pies pequeños en Japón necesarios para que una mujer se considere atractiva.
Por lo tanto aunque la atracción física está condicionada por nuestra biología y por el instinto, en parte, de estar con alguien genéticamente adecuado, también depende muchísimo de los aspectos sociales, culturales y cómo piensa cada persona, su filias y fobias; y por eso también en gran medida cambiamos de pareja, pues en nuestras sociedades occidentales complejas, la persona puede cambiar mucho a lo largo de la vida, tanto de ideas e incluso gustos, como de estatus social. Sin obviar el hecho de que muchas veces se elige pareja muy joven y con poca madurez, centrados en la atracción sexual sin analizar la compatibilidad en otros aspectos básicos a tener en cuenta cuando el fuego sexual disminuya, como la compatibilidad emocional, el respeto y admiración mutuos, y los lazos de amor profundos, que se basan más en una ética y valores sobre cómo debe de tratarse y amarse a la pareja, y en el fundo de lo buena o mala persona que se sea. Teniendo en cuenta que entre esa línea de lo bueno y lo malo, además de existir términos medios, hay mucha subjetividad. Pero, por ejemplo, es claro que hay personas que cuando estás con ellas son encantadoras y cuando el vínculo se ha roto son malas enemigas y vengativas.
En general los refranes se cumplen y ese de que siempre hay un roto para un descosido, bastante. En el fondo casi siempre tenemos la pareja que nos merecemos y hemos buscado. Lo terrible es que muchas veces eso que nos merecemos y hemos buscado es francamente pavoroso.
Y respecto a truquitos para mantener el fuego de la pasión la verdad no tengo muchos, pero quizá si os puedo decir que en primer lugar depende de la madurez. Un inmaduro no podrá nunca mantener su pasión fijada en una persona y ni siquiera en una afición, trabajo o propósito vital concreto. Esto no es que sea malo, simplemente hay que conocerlo para no poner esperanzas de estabilidad en personas inmaduras, pues llevan su ritmo, y la mayoría de las veces tienen que tener muchas experiencias distintas para madurar. Sólo hay que ver la vida de Rimbaut para comprender esto. Con el tiempo, si maduramos, nos volvemos más estables emocionalmente y somos capaces de valorar y consolidad más los vínculos emocionales, aunque ello suponga reducir la genialidad poética pasional.
Otro truquito es ver cada día lo maravillosa que es tu pareja y lo bien que se porta contigo, valorar el amor que te tiene y los detalles cotidianos, obviamente este consejo se va al traste si convives con un ogro o con una persona que te hace pasar 2 días de ensueño y 5 de infierno. Un truco más instintivo para mantener la pasión sexual es imaginar a tu pareja haciendo aquello que más te excita o mas morbo te de. La asociación de una excitación basada en gustos personales e intransferibles con la persona puede ayudar si tu pareja no rechaza frontalmente tus fantasías y no te ayuda en el tema y entonces pasas a frustrarte.
Y el último truquito es ir renovándote también con tu pareja, si bien un exceso de cambio es síntoma de inmadurez, no hacerlo nunca es síntoma de falta de inteligencia. Para aprender y mejorar e incluso disfrutar es necesario la novedad y el descubrimiento y si eso lo podéis hacer juntos mejor.
En definitiva un tema complejo pero en el cual nuestras ideas, creencias y forma de pensar nos puede echar una mano para mantener la estabilidad, si la queremos, y no hacer tonterías, como todo puede mejorarse y ampliarse, y para eso esta nuestro cerebro, inteligencia y voluntad. Sobre todo esta última y de la buena. Yo por mi parte sigo loco sexualmente y en los demás aspectos por mi actual pareja, y ya doble el límite de tiempo que me daban los modernos psicólogos y sexologos. Y tan feliz.
¿Tienes tú algún otro truco, experiencia o idea que quieras compartir? No dude en hacerlo como comentario.